Atención odontológica en tiempos de COVID-19: ¿Cuándo ir a dentista?

En medio de la emergencia sanitaria, el Ministerio de Salud ha recomendado suspender las atenciones odontológicas que no son urgentes.Esto debido a que durante una atención dental es imposible mantener una distancia mayor a un metro. Además, los procedimientos que se realizan en la boca de un paciente, generan gran cantidad de aerosoles mezclados con saliva que pueden contener el virus. Por eso, se aconseja acudir solo en caso de emergencia o urgencia. ¿Cómo las identificamos?

Una emergencia dental son problemas de salud que pueden poner en riesgo tu vida, como:

• Sangrado incontrolable
• Infección de la cara, que produzca una inflamación importante y genere dificultad para respirar o tragar.
• Fracturas complejas de la cara.

En estos casos, debes ser evaluado por odontólogo/a y se recomienda acudir a un servicio de urgencia dental, idealmente en un hospital.

Una urgencia dental son aquellos problemas que no ponen en peligro inminente tu vida, que aparecen de forma repentina y requieren atención inmediata, como:

• Dolor agudo en un diente, de comienzo rápido, que aumenta en las noches, no cede ante analgésicos y no deja dormir (ir en máx. 24 horas).
• Fractura de dientes por caído o golpe.
• Infecciones que producen hinchazón de tu cara.
• Dolor e inflamación producto de la aparición de la muela del juicio (ir en máx. 48 horas).
• Hemorragia o infección posterior a una extracción dental.
• Dolor agudo de encías, acompañado por úlceras y fiebre, en algunas ocasiones.

Recuerda que las urgencias dentales en Chile están dentro del Plan AUGE (GES). Si además, tu médico te indica visitar a dentista porque debes operarte, someterte a quimio o radioterapia, recomendamos también ir a urgencia dental.

Hay otras atenciones dentales que pueden ser postergadas hasta superar la emergencia sanitaria, por seguridad tuya y del equipo que te atiende. Dentro de estos procedimientos de rutina están:

• Evaluaciones de diagnóstico o controles de tratamiento.
• Radiografías de rutina.
• Limpiezas dentales.
• Procedimientos de ortodoncia.
• Cualquier tipo de cirugía programada, como los implantes.
• Procedimientos dentales estéticos.

Te invitamos a descargar nuestra guía, adjunta al final de esta nota. ¡Entre todos y todas nos cuidamos!